sábado, 6 de marzo de 2010

La tetera de Russell y algo mas

La tetera de Russell es una analogía creada por el filósofo Bertrand Russell para refutar la idea de que le corresponde al escéptico desacreditar las afirmaciones infalsables de la religión. En un artículo titulado Is There a God? (del idioma inglés, "¿Habrá un Dios?"), encargado (aunque nunca publicado) en 1952 por la revista Illustrated, Russell escribió lo siguiente:
Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aún por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.
Bertrand Russell

En su libro El capellán del diablo, Richard Dawkins desarrolló el concepto:
La razón por la que la religión organizada merece hostilidad abierta es que, a diferencia de la creencia en la tetera de Russell, la religión es poderosa, influyente, exenta de impuestos y se la inculca sistemáticamente a niños que son demasiado pequeños como para defenderse. Nadie empuja a los niños a pasar sus años de formación memorizando libros locos sobre teteras. Las escuelas subvencionadas por el gobierno no excluyen a los niños cuyos padres prefieren teteras de forma equivocada. Los creyentes en las teteras no lapidan a los no creyentes en las teteras, a los apóstatas de las teteras y a los blasfemos de las teteras. Las madres no advierten a sus hijos en contra de casarse con infieles que creen en tres teteras en lugar de en una sola. La gente que echa primero la leche no da palos en las rodillas a los que echan primero el té.
Richard Dawkins

Un Dragón En Mi Garaje

“En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca”

Supongamos que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

- Enséñemelo –me dice usted.
Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.
- ¿Dónde está el dragón? –me pregunta.
- Oh, está aquí –contesto yo moviendo la mano vagamente-. Me olvidé de decir que es un dragón invisible.
Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.
- Buena idea –replico-, pero este dragón flota en el aire.
Entonces propone usar un detector infrarrojo para detectar el fuego invisible.
- Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.
Se puede pintar con aerosol el dragón para hacerlo visible.
- Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.
Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente?. Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento concebible válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe?. Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluto a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo le he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.
Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no puede aplicarse ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio?. A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.
Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo para ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo... simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de “no demostrado”.
Imaginemos que las cosas hubieran ido de otro modo. El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira. Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura del aerosol revela una cresta dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que pueda ser en cuanto a la existencia de dragones –por no hablar de seres invisibles- ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.

Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí. Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunas que está seguro de que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes... pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos sobre lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente. Pero quizá todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos sobre dragones no eran solamente mitos...

Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas. Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas “pruebas”, por muy importantes que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes. Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas aparentemente sanas y sobrias compartan la misma extraña ilusión.

Los dragones invisibles y los ovnis tienen, hoy en día, la misma prueba científica de su existencia.

ESTA ES PARTE DE UN CAPITULO DEL LIBRO DE CARL SAGAN “EL MUNDO Y SUS DEMONIOS”

frases

Creo que en términos filosóficos estrictos, en el nivel donde uno duda de la existencia de los objetos materiales y mantiene que el mundo puede haber existido desde hace sólo cinco minutos, debería llamarme a mí mismo agnóstico; pero, para todos los propósitos prácticos, soy ateo. No considero la existencia del Dios cristiano más probable que la existencia de los dioses del Olimpo o el Valhalla. Para mostrarlo de otra forma: nadie puede probar que no hay entre la Tierra y Marte una tetera de porcelana girando en una órbita elíptica, pero nadie cree esto suficientemente plausible como para ser tomado en cuenta en la práctica. Yo considero al Dios cristiano igual de improbable.

Cuanto más intensa ha sido la religión en cualquier período y más profunda la creencia dogmática, tanto mayor ha sido la crueldad y peor el estado de los negocios públicos.

El comunista, como el cristiano, cree que su doctrina es esencial para la salvación, y es esta creencia la que hace la salvación posible para él. Son las similitudes entre el cristianismo y el comunismo las que los hacen mutuamente incompatibles.

El hecho de que una opinión ha sido ampliamente extendida no es evidencia alguna de que no es absurda; en vista de la estupidez de la mayor parte del género humano, es más probable que una creencia ampliamente extendida sea una tontería.

El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas.

En Filosofía, llegar a la conclusión de que una pregunta carece de respuesta, es una respuesta tan buena como cualquier otra.

Es costumbre entre los apologistas cristianos el ver al comunismo como algo muy diferente del cristianismo, y contrastar sus males con las supuestas bendiciones que disfrutan las naciones cristianos. Esto me parece un profundo error. "Los males del comunismo son los mismos que existían en el cristianismo durante la Edad de la Fe. La OGPU difiere sólo cuantitativamente de la Inquisición. Sus crueldades son de la misma clase, y el daño que hace a la vida intelectual y moral de los rusos es de la misma clase que la que cometieron los inquisidores dondequiera que prevalecieron. Los comunistas falsifican la historia, y la iglesia hizo lo mismo hasta el Renacimiento. Si la Iglesia no es ahora tan mala como el gobierno soviético, se debe a la influencia de aquéllos que atacaron a la iglesia; desde el concilio de Trento hasta el presente, todas las mejoras que ha puesto en efecto se han debido a sus enemigos.
Estoy persuadido de que dios no creo al mundo, pero sí de que el mundo está creando a dios.

La Ciencia en ningún momento está totalmente en lo cierto, pero rara vez está completamente equivocada y tiene en general mayores posibilidades de estar en lo cierto que las teorías no científicas.
La mayoría de las personas preferirían morir antes que pensar; de hecho, muchas lo hacen.
La percepción, sin comprobación ni fundamento, no es garantía suficiente de verdad.
La religión en la mayoría de sus formas podría ser definida como la creencia de que los dioses están de lado del gobierno.

Lo que el mundo necesita no es dogma, sino una actitud de cuestionamiento científico, combinada con una creencia de que la tortura de millones no es deseable, sea infligida por Stalin o por una Deidad construida a imagen y semejanza del creyente.
Lo que el mundo necesita no es dogma, sino una actitud de cuestionamiento científico, combinada con una creencia de que la tortura de millones no es deseable, sea infligida por Stalin o por una Deidad construida a imagen y semejanza del creyente.

Ningún hombre de temperamento científico afirma que lo que ahora es creído en ciencia sea EXACTAMENTE verdad; afirma que es una etapa en el camino hacia la verdad.
No pretendo probar que Dios no existe... El Dios cristiano puede existir; igualmente pueden existir los dioses del Olimpo, del antiguo Egipto o de Babilonia. Pero ninguna de estas hipótesis es más probable que la otra: se encuentran fuera de la región del conocimiento comprobable y, por lo tanto, no hay razón para considerar ninguna de ellas... Dios y la inmortalidad, los dogmas centrales de la religión cristiana, no son esenciales a la religión, ya que ninguno de ellos se encuentra en el budismo.... pero en Occidente hemos llegado a considerarlos como el mínimo irreductible de la teología. Sin duda la gente continuará teniendo esas creencias, porque son agradables, como es agradable considerarnos a nosotros mismos virtuosos y considerar malvados a nuestros enemigos.

William James solía predicar la "voluntad de creer". Yo, por mi parte, quisiera predicar la "voluntad de dudar"... Lo que se persigue no es la voluntad de creer, sino el deseo de descubrir, que es exactamente lo opuesto.
Bertrand Russell

Cuando somos autoindulgentes y acríticos, cuando confundimos las esperanzas con los hechos, caemos en la pseudociencia y la superstición.

El escrutinio escéptico es el medio, en ambas ciencia y religión, por medio del cual, los pensamientos profundos pueden ser arrancados de profundos disparates sin sentido.

El método, aunque sea indigesto y espeso, es más importante que los descubrimientos hechos por la ciencia.

El primer pecado de la humanidad fue la fe; la primera virtud la duda.

En la ciencia suele suceder que los científicos dicen: '¿Sabes qué? Ése es un buen argumento; mi posición está equivocada', y luego realmente cambian de idea y nunca se les vuelve a escuchar hablando de su antigua postura. Realmente lo hacen. No sucede con tanta frecuencia como debería, porque los científicos son humanos y el cambio a veces es doloroso. Pero sucede todos los días. No puedo recordar cuándo fue la última vez que algo parecido sucedió en política o religión.

La vida es sólo un vistazo momentáneo de las maravillas de este asombroso universo, y es triste que tantos la estén malgastando soñando con fantasías espirituales.

La época actual es una encrucijada histórica para nuestra civilización y quizás para nuestra especie. Sea cual fuere el camino que sigamos, nuestro camino está ligado indisolublemente al de la ciencia. Es esencial para nuestra simple supervivencia que comprendamos la ciencia. Además la ciencia es una delicia; la evolución nos ha hecho de modo tal que el hecho de comprender nos da placer, porque quien comprende tiene posibilidades mayores de sobrevivir.

No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer.

Prefirió la verdad a sus ilusiones más queridas.

Se da testimonio de milagros, pero ¿y si en lugar de eso son una mezcla de charlatanería, estados de conciencia poco familiares, malas interpretaciones de fenómenos naturales y enfermedades mentales?
Si quieres salvar a tu hijo del polio puedes rezar o puedes vacunarlo... Aplica la ciencia.

Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo... no aparece una sola mención que prohíba de modo específico el aborto. Ni san Agustín ni santo Tomás de Aquino consideraban homicidio el aborto en fase temprana (el último basándose en que el embrión no 'parece' humano). Esta idea fue adoptada por la Iglesia en el Concilio de Vienne (Francia) en 1312 y nunca ha sido repudiada. La primera recopilación de derecho canónico de la Iglesia católica... sostenía que el aborto era homicidio sólo después de que el feto estuviese ya 'formado', aproximadamente hacia el final del primer trimestre.
Carl Sagan

El dios cristiano es un monstruo de tres cabezas; cruel, vengativo y caprichoso. Si uno desea conocer más sobre este dios tricéfalo, bestial y furibundo, sólo hace falta observar el calibre de las personas que dicen servirlo. Son siempre de una de dos clases: tontos e hipócritas.
Thomas Jefferson


La tetera de Russell

1 comentario:

La oveja de Jesus dijo...

Tecnicamente la ciencia ha sido sin duda la buena causa de la demostración física de la mayoría de los fenomenos, y aún cuando amo la ciencia y me siento atraía por su conocimiento, la considero limitada ante las explicaciónes de preguntas teologicas, no por la razón misma de la ciencia, sino por la incapacidad humana de entender cuestiones que aún no son explicadas por la misma condición del hombre. Me explico, más alla de las capacidades intelectuales que nos caracterizan sobre las demás especies, hemos sido incapaces de dar credibilidad a lo que esta fuera de nuestro entendimiento físico demostrable... para creer en la teología y personajes claramente expuestos por libros antiguos de diversas culturas, tendriamos que esforzar la mente a intervalos matematicos que aún no hemos decifrado en nuestro cerebro. Esta condicion de incapacidad física mental humana, nos lleva a la versión sencilla de responder y es "no existe tal..." esto sin duda resulta más facil de discutir que la hipotesis existencial. Siempre he creido que un hombre de ciencia que no acepte la existencia de un Dios y sus consecuentes testimonios, es sin duda un hombre con pensamiento limitado que acude al facilismo de la explicación como los padres a sus hijos cuando por ignoracia responden a las preguntas "no hagas caso a eso y Ya..!".
Dragones o no, la ciencia alejada de la creencia de Dios, jamas será por sus propios medios capaz de explicar lo que la mente de los creyentes amplia en referencias intangibles lo que los expecticos no pueden tocar con sus manos. Es entonces donde sugiero mi inquietud ¿quien esta entonces más limitado en conocimientos, aquel que cree en algo intangible pero tan poderoso que puede incluso dominar toda cosa material, o aquel que cree en lo que puede tocar, medir o comprobar físicamente? si pudiera dar mi respuesta, seguro el segundo caso esta por debajo del primero por cuanto el primero adiciona a su intelecto una premura de amplitud intelectual inmedible.