Esta nota la vi en una pagina de arios
Los preceptos gnósticos sobre la naturaleza de Jesús el Cristo, distan mucho de las enseñanzas sionistas que imperan en la mayoría de la iglesias de gran envergadura. En primer lugar, es importante destacar que es falsa la mentira judía de que en Palestina, en tiempos de Jesús, la casi totalidad de la población palestina (salvo por los ocupantes romanos) era judía. Palestina estaba habitada por un gigantesco y muy variado vergel de muy diversos pueblos y naciones. Siendo los judíos sólo una pequeña minoría, que además, estaba recluida en específicos puntos geográficos por el suelo palestino.
Jesús nace en Galilea, el nombre de esta tierra deriva de la palabra Galia, la más conocida nación celta. Así, los galileos eran colonos galos, celtas, de raza aria, en su mayor parte. Además, Jesús era llamado “el Nazareno”, que no es un término toponímico, como creen muchos. Nazareth es una ciudad que no existía en tiempos de Cristo (se fundó unos dos siglos después como establecen muchos cronistas de la época). Nazareno era el término que los judíos daban a las personas extranjeras dentro de su sociedad. Significa en hebreo algo así como “de nariz recta”, es decir, con rasgos europeos y no semíticos.
El mismo término nazareno se aplicaba al valeroso guerrero Sansón, seguramente de origen ario.
De los doce apóstoles de Jesucristo, once eran galileos (arios) y uno sólo provenía de Judea. Se trataba de Judas Iscariote, el único que era judío (ó judío puro), el único proveniente de la zona donde los judíos eran mayoritarios. Así, Jesús tenía once discípulos arios, y uno judío; Judas, el codicioso traidor.
Además, otro mito falso que nos han hecho creer en la propaganda sionista, es que los esenios eran judíos, una secta del judaísmo. Esto es falso, pues los mismos esenios sentían un profundo desprecio y temor por los judíos. Los esenios eran muy espirituales, místicos, con disciplinarias estructuras monásticas en las cavernas y campamentos donde vivían. Y eran estudiosos de la Gnosis. Contantemente atacados y asediados por los judíos. Las comunidades autónomas esenias se cerraron en si mismas. Esta información la podemos extraer de los Pergaminos del Mar Muerto, los cuales describen bien lo arriba descrito. Lamentablemente, los Pergaminos del Mar Muerto, ó de Qumran, están en manos de la Universidad Hebrea de Israel, de la Iglesia Católica y de los masónicos Estados Unidos. Estas tres fuerzas totalmente dominadas por el judaísmo, impiden la publicación de los pergaminos, los cuales demostrarían, no sólo la estirpe gnóstica de los esenios, sino además, el que Jesús era esenio y gnóstico.
Las teorías de los años perdidos de Jesús, que no han sido comprobadas, aseguran que el futuro Cristo pasó sus años perdidos en India, Egipto y Gran Bretaña, donde fue iniciado en los conocimientos esotéricos del hinduismo, del druidismo y del misticismo egipcio. Es decir, Jesús se iniciaba en los más profundos secretos mágicos del paganismo ario. De la enseñanza espiritual indoeuropea.
Pero, otros estudiosos de evangelios apócrifos, creen que Jesús fue esenio y estuvo conviviendo con ellos la mayor parte, ó la totalidad de sus años perdidos. Juan el Bautista también era esenio. Quizás el último remanente que queda actualmente de los esenios son los mandeos, un colectivo religioso compuesto por 44.000 personas que habitan entre Iraq e Irán.
Jesús era un mago, el término carpintero en arameo (la lengua hablada por Cristo) es kadash, idéntico al término mago. El Sanedrín, conformado por los más crueles y sedientos de sangre sacerdotes judíos fundamentalistas, no podía permitir que un nuevo mago, un maestro cósmico, un avatar, predicara una doctrina a todas luces antisemita.
Jesús dijo a los judíos “su Dios es el Diablo”. Y los trató como usureros en el Templo. Los criticaba en todas las formas posibles (acusándolos de discriminar a las clases bajas, discapacitados y demás, que debían sentarse “en la parte externa del Templo”). Jesús, al igual que Mahoma, declararon usureros a los judíos y se manifestaron totalmente contrarios a sus valores y cultura.
Así, el Sanedrín, selló el fin de Jesús, y lo compró con uno de su calaña. Con Judas, que lo vendió por 30 monedas de plata. No les bastó con darle muerte, tenían que torturarlo y humillarlo.
Pero Jesús era un avatar ario. Una encarnación de la divinidad. Jesús era como Hércules, el cual fue forzado a pasar sus duras doce pruebas antes de ser un dios divino en el Olimpo. Así como Zarathustra, Mitra, y Krishna, e incluso Buda. Todos ellos semidioses arios. Como el Thor nórdico, el Cuchulain celta, el Perun eslavo. Incluso Mahoma, el avatar de los blancos árabes. Todos, a su manera, contrarios al judaísmo.
Jesús, como avatar ario, pasó las duras pruebas iniciáticas (como el ascetismo que casi mata de hambre a Buda, ó como el martirio de Odín en el Ygdrassil), resucitó y logró la Iniciación, la transfiguración en el monte de Siló. Allí, al lado de Pedro y otros discípulos, Jesús se unió con Dios. Con el Absoluto de la doctrina hermética.
Jesús es un Cristo Cósmico (incluso la palabra Cristo es aria, viene del griego y significa iluminado, como Buda en sánscrito). Así, Cristo nos muestra, como todos los avatares arriba mencionados, el camino del humano al dios. El paso de los mundano a los divino. La Evolución Cósmica.
Las diversas agrupaciones que surgieron durante la Edad Media, cuando la Iglesia Católica judaizada dominaba, eran llamadas herejías, especialmente cuando acercaban la doctrina cristiana a las enseñanzas arias gnósticas. Así, por ejemplo, los Caballeros Templarios, los Caballeros Teutones, los Cátaros y los Antiguos Rosacruces (todos los anteriores eran judeofóbicos), mostraban un desarrollo sorprendente de arquetipos arios y de cristianismo gnóstico. La Iglesia los persiguió como si fueran producto del mismo demonio, y las destruyó por todos los medios posibles (particularmente con el genocidio de Templarios y Cátaros). En el caso de los rosacruces, que no pudo perseguir porque las condiciones sociales de la época no lo permitían, se infiltró la Masonería, y hoy, la mayoría de los grupos rosacruces son filomasónicos y estudian la Cábala judía (el judío Newton fue rosacruz).
Incluso la Reforma Protestante, en sus orígenes, fue un movimiento antisemita y anticatólico, que parecía ser un deseo subconsciente de europeizar y arianizar el cristianismo. Pero hoy, las mayoría de los protestantes son sionistas.
El Plan del Demiurgo.
La teoría gnóstica, desde Platón y Zoroastro, estipulan que existe un dios de Luz creador del Universo Espiritual. El cual creó a diversos dioses, entre ellos la diosa Sofía (sabiduría), madre del Demiurgo, el cual creo el mundo físico (ó quizás el Universo Material). El Demiurgo se volvió maligno, ambicioso, y dominó a la Humanidad.
Así, según la doctrina zoroástrica, se da la lucha entre el dios de Luz, Ahura Mazda, y el espíritu maligno Arimán. El Demiurgo de la filosofía platónica. Según la sabiduría gnóstica (esta doctrina la manejan aún muchos grupos gnósticos modernos), el Demiurgo es el dios del Viejo Testamento, el dios judío, el padre de Israel, el dios de los judíos, cuyo pacto con el Demiurgo se da por medio de la circuncisión. Este Demiurgo es Saturno, el devorador de sus propios hijos, el dios del Sábado (el Sabbath, día sagrado de los judíos), el dios egipcio Set (dios del mal), que inspiró la imagen y el nombre de Satán. El Molloch al cual se le inmolaban niños pequeños. El Satán adorado por Aleister Crowley, el cual recomendó al masón Churchill que la V, símbolo de la fuerza aérea británica, representara los cuernos de Satán. El mismo que es adorado por los acólitos de Crowley, el padre de la Wicca, Gerald Gardner (cuyas fiestas se llaman Sabbaths) y el padre de la Iglesia de Satán, Anton LaVey.
El dios Saturno, cuyos anillos según los gnósticos eran representados por la serpiente que se come su propia cola (símbolo actual de la masónica Sociedad Teosófica), así como según la doctrina gnóstica, de Saturno provienen los peores demonios llamados arcones (judíos).
Según la doctrina gnóstica, Jesús era la encarnación material del Dios Absoluto, del Espíritu de Luz, mientras que los judíos son los servidores del Demiurgo.
Lo que el Demiurgo desea es lo contrario a lo que el Dios Luminoso desea. El Dios Luminoso y sus avatares nos enseñan el camino a la Evolución Cósmica, a pasar de humanos a dioses. El Demiurgo produce la Involución. Hacernos inferiores, degenerarnos, pasar de humanos a animales, y de animales a minerales.
Miguel Serrano menciona algo en un artículo que me impresionó sobremanera. Las hormigas, termitas y abejas, quizás en otra época remota, hace eones, eran dioses ó semidioses. Luego degeneraron hasta volverse seres mundanos con civilización. Y finalmente, por obra del Demiurgo, fueron degenerándose hasta convertirse en lo que son ahora, criaturas robóticas, autómatas mecánicos sin individualismo, que sólo conocen el incesante trabajo en sus “vidas”.
Esto ya lo indicó el escritor judío Franz Kafka en su novela “La Metamorfosis”. Este proyecto del hombre-hormiga lo intentó el marxismo, siendo la Unión Soviética bajo el mando, especialmente de Stalin, como un hormiguero humano. Esta es la meta última del comunismo.
La teoría del masón Charles Darwin, sarcásticamente llamada “teoría de la Evolución”, ayudó al plan demiúrgico de Involución. Convencidos como están actualmente la gran mayoría de los seres humanos, de que descendemos del mono, de que derivamos de los animales. La teoría de que somos bestias ligeramente más listas. Esta teoría judía (que se asemeja mucho a la teoría de los negros e indígenas que consideraban su tribu descendiente de una bestia totémica), nos acerca al estado animal. Mientras que, los médicos judíos se han encargado de realizar con éxito los transplantes de órganos animales (en especial cerdos y monos), mezclándonos con las bestias. Claro, los mismos judíos jamás realizan un transplante de un órgano de cerdo, el cual tienen prohibido hasta de comer.
Ahora continuaría la involución hasta el mineral, hasta el robot. Fue como la leyenda del Gólem, creado por el rabino Jehudá Löew, en Polonia en el siglo XVII. Un monstruo creado de arcilla por medio de la magia negra judía cabalística, para servir a los intereses del judaísmo. Pero cuando no se le asignó ninguna orden a ese Gólem, este se volvió loco y comenzó a matar judíos. Similar arquetipo lo representó la escritora antisemita Mary Shelley, quien en su novela, muestra al científico judío Víctor Frankenstein (en la novela no se menciona la etnia ni la religión de la familia Frankenstein, pero se puede intuir). Frankenstein crea a un monstruo de pedazos de cadáveres, debido a su judaico complejo de Dios, y este se vuelve contra él, matando a toda su familia y violando y asesinando a su esposa Elizabeth.
Y es que los Gólems que crean los judíos, muchas veces se vuelve contra ellos. La Iglesia Católica fue creada por papas hebreos y se convirtió en una infecta fuente de arquetipos judíos y opresión. Usurera y represiva como la cultura judía, la Iglesia Católica se volvió una implantación del judaísmo en las naciones arias de Europa. Posteriormente, la Iglesia Católica se volvió contra los judíos, convirtiéndose en su principal perseguidora. La Inquisición realizó purgas antisemíticas fuertes. Por otro lado, el comunismo, arma ulterior del judaísmo, se volvió contra los judíos. En la Unión Soviética, Lenin y Trostky eran judíos como casi todos los jerarcas bolcheviques gobernantes. Stalin eran judío por parte de madre. Esta comprobado que la Unión Soviética bajo gobierno de Stalin ayudó a la fundación de Israel y lo reconoció de inmediato. Incluso le dio armas poderosas para utilizar en la Guerra de 1948.
Pero, tras la muerte de Stalin, llegó al poder Krushev y expulsó a todos los stalinistas del poder (todos judíos), desjudaizando el Partido Comunista. Persiguió a los judíos (como ocurrió en Hungría y otras naciones bajo órbita soviética), y a partir de Krushev, la Unión Soviética comenzó a financiar con altas sumas de dinero, y poderosos armamentos a Egipto y los palestinos.
Las creaciones judías se tornan en su contra. Incluso ha habido muchos masones antisemitas, como Henry Ford, Carl Gustav Jung, Benjamín Franklin, Napoleón y los fundadores del furiosamente judeofóbico, Ku Klux Klan.
El Gólem y la Involución.
Los judíos desean fusionar ahora a los humanos con las máquinas. En el cuento, “El Hombre Bicentenario”, luego hecho película, el escritor judío Isaak Asimov plasma a un robot que busca ser reconocido como persona humana por los demás. En la película “Inteligencia Artificial” hecha por el judío Steven Spielberg, se ve a un niño androide sufriendo marginación por parte de los intolerantes humanos. Incluso en la serie socialista Viaje a las Estrellas, el androide Data lucha por conseguir su humanidad.
Este proceso de Involución que los judíos desean implantar, se observa en las obras arquetípicas de un gran escritor ario, J.R.R. Tolkien, un bóer nacido en Sudáfrica en tiempos del Apartheid. Tolkien redactó en su genial obra ariosófica, “El Señor de los Anillos”, la lucha entre los hombres (blancos) y principalmente los elfos (semidioses, ó ángeles), contra los malvados trolls y orcos de Saurón (Sión). En “El Señor de los Anillos” vemos reflejado lo mejor de los mitos arios, como la lucha entre la Luz y las Tinieblas, las ciudades mágicas de vida y luz eterna (como el Agartha, Avalon ó Shamballa), y la pugna contra las fuerzas del materialismo representados por el Anillo.
El libro asegura que los monstruosos orcos eran elfos torturados y enloquecidos por Saurón (arios degenerados, quizás), y los Jinetes Oscuros antiguos reyes servidores de Sauron (los gobernantes masones), ahora esclavizados por siempre. Incluso el diabólico Gollum, se asemeja al ambicioso ario degenerado por el materialismo judío del anillo.
El triunfo de los hombres arios en “El Señor de los Anillos”, y la muerte de Saurón, simboliza la lucha final durante el Apocalipsis/Ragnarok.
Similares arquetipos arios se observan en la obra de otro gran escritor blanco (y antisemita) H. P. Lovecraft.
No es coincidencia que el sistema de castas hindú sea invertido en el marxismo. El sistema de castas hindú derivaba de la estructura social de la Atlántida. Cada casta tiene un color, la Casta Brahmana es de color blanco, y son los reyes y sumos sacerdotes. En la Atlántida eran los gobernantes magos de raza blanca, descendientes directos de la raza hiperbórica. La Casta Sakia era de color rojo, y eran los guerreros, los militares. Quizás alusión a un pueblo moreno como el árabe, pero caucásico al final. La casta militar en la Atlántida. La Casta Vasya, de color amarillo, eran los comerciantes y los mercaderes, probablemente los modernos orientales, dedicados al comercio en la sociedad atlante. La última casta es la Casta Sudra, de color negro, los obreros y campesinos. Probablemente los sirvientes de la sociedad atlante de los cuales descienden los modernos indígenas americanos, ó hasta quizás los negros africanos en cierto periodo histórico.
Es por esto que aún ahora los blancos brahmanas son excelentes líderes políticos y espirituales, los árabes sakias son guerreros valerosos (como los palestinos), los orientales vasyas son aún hoy comerciantes expertos (como en Japón), y los indígenas y negros están arquetípicamente diseñados para servir.
En el marxismo, se cree como dogma que la sociedad primero fue explotada por los chamanes y sacerdotes que dominaban las fuerzas naturales, algo fundamental en la sociedad agraria tribal. Esta es la Dictadura Espiritual que habla el marxismo (el dominio de la Casta Brahama), luego, los imperios se formaron y por ello, la fuerza y estrategia militares eran más valiosas, pasando a la Dictadura Militar (la Casta Sakia), para luego ocurrir que los burgueses, que eran comerciantes y mercaderes plebeyos que alcanzaron alto poder económico y político, realizaran revoluciones burguesas como la Holandesa, la Inglesa (de Cromwell), la Revolución Francesa, la independencia de Estados Unidos y de Latinoamérica, es decir, el gobierno de los burgueses, ó Dictadura Burguesa (el gobierno de la Casta Vasya), para finalmente, ocurrir las revoluciones obreras creando estados de trabajadores (la Revolución Rusa, la China y la Cubana), siendo la Dictadura Proletaria (el gobierno de la Casta Sudra, el sistema ario de castas invertido).
Esta Involución social que promueve el marxismo no está muerta. Los judíos comprendieron que era más fácil gobernar a los pueblos arios por medio de un capitalismo con placebos democráticos que con una dictadura comunista soviética, y provocaron la caída de la URSS. Pero la hegemonía del capitalismo tiene sus días contados, pues produce demasiada pobreza y hacinamiento para mantener calmados a los pobladores comunes. Por eso, probablemente estén dándole tanta fortaleza a los socialdemócratas y socialistas moderados, la conjunción perfecta para el judío, donde el socialismo y la democracia se juntan. De allí el éxito de la centro-izquierda en Europa, India y Sudamérica. Por eso el Partido Socialdemócrata gobierna Alemania y Austria, el Laborista a Inglaterra, el PSOE a España, y el Partido Socialista está a punto de ganar en Francia y Portugal. Por eso Chávez, Lagos, Lula, Vázquez y Gutiérrez gobiernan muy exitosamente la ahora llamada Unión Sudamericana. El proceso de Involución que el izquierdismo pretende, desde el punto de vista social (el gobierno de los sudras, y la creación del hombre-hormiga), aún es posible.
Si el Demiurgo triunfa se volverá contra los judíos. Saturno se come a sus propios hijos (la serpiente comiéndose su propia cola). Quizás, como el Gólem, el Anticristo judío ó los hombres-máquinas, zombis, creados por los judíos, como sus servidores, se volverán contra ellos.
La enseñanza de Cristo es clara. Incluso el nacionalista alemán Martín Lutero, quien inició la Reforma Protestante y era enconadamente antisemita, lo sabía. Porque Lutero lo que hizo fue combatir la corrompida Iglesia Católica, la Iglesia Judía, y al judaísmo de paso.
Según el libro escrito por el gnóstico San Juan, el Apocalipsis, el Anticristo será judío (muchos protestantes aceptan esto abiertamente), y será reconocido como Mesías por el pueblo judío. Será declarado Rey de Israel, y entronizado en el nuevo Templo de Jerusalén. Entonces, gobernará al mundo. Será quizás un clon ó hasta un ser robótico ó semirrobótico, quizás no evidentemente (la Biblia dice que no nacerá de mujer), y quizás sea homosexual (“rechazará el amor de las mujeres” según la Biblia). Para la creación del Reino del Anticristo, la conspiración masónica y su ramificación, la Nueva Era, son necesarias, así como el socialismo. Pues la mayoría de los cristianos protestantes admiten que el Anticristo será un líder socialista que gobernará las naciones con mensaje de Izquierda moderada. Y que serán los masones, en particular los Illuminati, los encargados crear un Nuevo Orden Mundial, un gobierno global sin naciones ni fronteras, y una religión global, la Nueva Era (término acuñado por la masona teósofa Alice Bailey), una religión sin lazos étnicos y que mezcla todas las culturas, pretensión básica del globalismo y el marxismo (ambos judíos).
En la mitología pagana nórdica se habla del Crepúsculo de los Dioses, el Ragnarok. Donde, según se cuenta, el dios de la Oscuridad, Loki, y su hijo, el gigantesco lobo Fenris, al mando de un ejército de muertos vivientes, ogros y otros monstruos, combatirán para regir el Cosmos. Los dioses del Asgard, liderados por Odín, perecerán en su mayoría. Odín será devorado por el monstruo bestial, el Lobo Fenris (quizás un simbolismo de la destrucción de la cultura germánica representada por Odín a manos de la bestia de Israel que gobierna al mundo). Los muertos quizás son los autómatas marxistas, muertos en vida. El Apocalipsis habla de que los muertos saldrán de sus tumbas. Hoy proliferan las películas de zombis como “La Noche de los Muertos Vivientes”, “El Amanecer de los Muertos”, “Resident Evil” y “28 Días”. Todas manifiestan un mundo destruido por zombis sin mente, devoradores de carne humana. Quizás un profético mensaje que se filtra, avisándonos de hombres-robot sin mente creados por el marxismo. Ó de canibalismo provocado por la Involución demiúrgica a niveles infrahumanos y/ó las hambrunas provocadas por catástrofes. Ó hasta la experimentación judía con crear muertos vivientes (como Frankenstein) como Gólems, que se puede realizar a futuro.
Sin embargo, según el Ragnarok, cuando el Gigante de Fuego (¿una bomba atómica?) destruya al mundo, sólo sobrevivirán un puñado de dioses, y dos seres humanos. Un simbolismo de que la Humanidad se regenerará del todo. Lo que en el ario hinduismo se habla del Kali Yuga, donde al final, los humanos serán enanos demoniacos y malvados, y los sabios verdaderos serán pocos. Aquí, la llegada de Kalki, la última encarnación de la Divinidad, ocurrirá matando a los humanos involucionados y creando un nuevo eón.
Es por esto que debemos resistir. Los budistas hablan del regreso de Buda con la forma de Maitreya. Los hindúes del regreso de Vishnú en la nueva encarnación avatárica de Kalki. Los aztecas esperaban el regreso del Dios Blanco, Quetzalcoatl. Aún los musulmanes creen en el regreso de Jesús, la segunda venida de Cristo, al lado del Madhi, ó Mesías Islámico, descendiente de Mahoma, y van más allá, pues el Corán dice que los musulmanes estarán en guerra contra los judíos durante el Apocalipsis.
Finalmente, los cristianos creen en el regreso de Cristo, su Segunda Venida, en una nube blanca (¿una nave espacial blanca como el caballo de Kalki?). Todos hablan del regreso del Avatar, excepto el judaísmo que espera la primera llegada de su Mesías Judío, y los masones que esperan la primera llegada de su mesías, el Anticristo (ambos son el mismo).
La Sinagoga de Satán (Israel), la Gran Ramera (la Iglesia Católica), la Bestia (el judío), el Falso Profeta (el Papa), el Reino del Anticristo (el Nuevo Orden Mundial), y todos estos elementos, gobernarán al mundo pronto como parte del plan del Demiurgo (Set, Loki, Arimán, Satán, Saturno, Molloch, Yavéh), contra el plan del Dios de Luz (Odín, Ahura Mazda, Atón, Jehová). Pero los arios, en especial los Nacionalsocialistas, debemos resistir hasta la llegada del Avatar Kalki-Wotan, del Segundo Cristo. Porque cuando esto ocurra, no sólo serán desterrados del Cosmos los judíos mismos, y sus séquitos, sino que además, la gloriosa Nueva Jerusalén, donde gobiernen los Arios, estará segura por los próximos mil años, y aún más, hasta que comience de nuevo el próximo Kali Yuga.
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